Me encuentro con muchas chicas, jóvenes, como tú, como yo, que creen tenerlo todo perdido.
- Quizá porque eligieron una profesión que hoy no les satisface. Quizá porque no eligieron nada en absoluto.
- Quizá porque formaron una familia. Quizá porque no la formaron.
- Quizá porque se sienten atrapadas. Quizá porque necesiten dejar de tambalearse y encontrar un suelo firme.
- Quizá porque tienen unos hábitos muy enraizados. Quizá porque no se dieron cuenta de que los tienen, pero saben en el fondo que no se están queriendo bien.
Y como estos casos, miles y no sólo a los 30, sino que nos hayamos en estas situaciones tan confusas a los 40, 50, 60…
Pero si algo he aprendido a lo largo de mi recorrido es que no hay edad concreta para el cambio.
Irte a vivir al campo, dedicar tu vida a viajar, cambiar de trabajo, llevar un estilo de vida minimalista, dejar a tu actual pareja, cambiar radicalmente tu alimentación, crear un refugio animal, explorar la selva amazónica, empezar una vida fitness, dedicarte a la fotografía, mudarte a otra ciudad, otro país, otro continente…
Sea lo que sea, puede darse si tú lo permites.
La transformación surge como surge una nube según termina de evaporarse el agua
Es imposible detener el proceso de cambio de la vida y constantemente nos empeñamos en frenarlo.
¿Por qué no dejarse guiar por ese impulso interior que nos dice “esto no” o “ve a por aquello”?
Por lo general, es a causa del miedo. El miedo está ahí con un único propósito: El de protegernos.
Y está bien tenerlo, pues nos salva de ponernos en peligro en muchas ocasiones.
Pero cuando el impulso de cambio viene de muy adentro, de las entrañas, del alma, de allá donde se crea todo… ¿Qué peligro puede haber?
Por supuesto, habrá pros y contras de una situación, a lo mejor realizar ese cambio requerirá un plus de voluntad por tu parte o necesitarás soltar cosas a las que hoy te sientes apegada, con las que te sientes segura.
En realidad resistirte al cambio no hace más que encadenarte a una vida que no deseas con unas cadenas invisibles, que no existen.
Con tus miedos y toda la incertidumbre que alberga la decisión de cambio, debes de confiar en tu instinto y si estás sintiendo esto es porque tu vida merece dar un giro.
3 preguntas para lanzarte a cambiar de vida
- ¿Qué es lo peor que puede pasar?
- ¿Qué pasará si no das el paso?
- ¿Cómo te sentirás una vez hayas dado el paso?
Plantearte estas cuestiones te hará reflexionar con una perspectiva desidentificada de tus miedos y seguramente consigas una mayor claridad mental. Una buena forma de interiorizarlo sería escribir tus respuestas desarrolladas en un cuaderno, así una vez lo escribas te darás cuenta si estás actuando de forma objetiva hoy a la hora de tomar tus decisiones.
Si necesitas un empujoncito más, sabes que puedes contar conmigo. Mira mi programa online para conseguir objetivos o lo que puedo ofrecerte en mis sesiones de coaching privadas.
Muchas gracias por pasarte a leer preciosa, nos vemos pronto.
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