Te voy a pedir por un instante que recuerdes cómo te sientes cuando estás de vacaciones en otro lugar.
Quizás lo tengas reciente…
¿Te acuerdas de esas sensaciones? ¡Fantásticas cómo no!
Cuando una viaja y se siente turista suceden cosas extraordinarias y esos días vives de forma diferente.
Hoy te propongo que aprendas a vivir en unas vacaciones constantes, que empieces a vivir como un turista.
¿Qué implica exactamente esto? ¡Pues vamos a verlo!
Capacidad de sorpresa
Todo te fascina, te maravillan las construcciones que te rodean, los jardines que encuentras, los bosques, los mares, esa tiendecita que se ve en un rincón con tanto encanto, la señora que riega sus plantas e incluso el gatito que cruza corriendo la callejuela.
Todo es digno de fotografía, siempre tienes listo tu dedo para capturar el momento y tu sonrisa para plasmarla en un selfie.
Llévalo a tu día a día durante todo el año. Observa los pequeños detalles de tu entorno, de los que te rodean y busca siempre la forma de llevar a mano tu sonrisa y la actitud de “qué bien vivo”.
Ganas de hacer cosas
Desde que te despiertas ya lo haces con ilusión por vivir ese día, con ganas de hacer cosas nuevas, visitar sitios nuevos y una predisposición perfecta para entablar nuevas amistades.
No sólo te sientes más proactivo, sino que además, tienes interés en llevar cosas a cabo. Montar en bici, ir a conocer tal sitio, bajar a dar un paseo o apuntarte a una clase de aquagym.
¿Por qué no vivir en este estado de proactividad? El día a día no tiene por qué ser un aburrimiento, de tu actitud depende cómo será lo que te encuentres.
Vivir el presente
¿No es verdad que cuando estás de vacaciones no piensas más que en ese mismo instante? Lo vives todo al máximo y eso es porque pones tu atención en lo que sucede, sin pensar en qué sucedió o qué sucederá.
Pero luego en la “vida real” vuelves a estresarte/deprimirte. ¿Qué tal si nos concentramos en el ahora y nos dejamos de tonterías?
Relativizar los problemas
Seguro que te ha pasado, sucede algún imprevisto en tu viaje pero tú no le das mayor importancia, simplemente, buscas la mejor forma de solucionarlo y continuas tus vacaciones con alegría.
Puedes pinchar una rueda, partirte una pierna, perder la maleta o recibir una multa, pero tu sigues con ganas de estar bien y afrontas lo que te llega con una fuerza increíble.
¿Qué pasa cuando vuelves a tu rutina? Se te cae un vaso cuando desayunas con las prisas y te cagas en todo, pierdes un autobús y tu día se va al garete y si te ponen una multa… ¡Warning!¡Warning! Entrando en modo drama para lo que va de tarde. Re-la-ti-vi-za.
Disfrutas de tu gente
Muchas parejas esperan durante todo el año para estar cariñosas y comprensivas por ejemplo. Se les ve acaramelados en las playas o paseando de la mano por las ciudades. Igual sucede con los padres, que de repente adoran jugar a los muñecos con sus hijos y les regalan su atención sólo en estas fechas.
También pasa con las amistades, que durante todo el año apenas se dedican tiempo y llegan las vacaciones y voilà, es hora de pegarse como lapas.
¿Por qué no quererse bien en la normalidad?¿Por qué no dedicarse el tiempo que merecen incluso cuando parece no haber tiempo suficiente? El tiempo es el mismo, la organización de él es cosa tuya.
Te preocupas por tu cuerpo
Y aquí me refiero a la tan conocida “operación bikini”. ¿Qué pasa que durante el resto del año no te sobran quilos?
Me da tremenda lástima que alguien se ocupe de su salud física tan sólo por ser aceptado por el resto. Porque es así, quieren lucir más esbeltos/delgados/musculados en las vacaciones porque sus cuerpos van a ser expuestos.
El ejercicio, la alimentación sana y el autocuidado debe prolongarse a lo largo de toda nuestra vida y prioritariamente por y para nosotros, no para complacer la opinión externa.
En definitiva, se trata de ponerse el sombrero, las chanclas, las gafas de sol y coger la cámara para lanzarse a vivir una vida de disfrute y plena.
Es vivir cada día como si fuera el último de tus vacaciones, aprovechándolo al máximo, sin permitir que nada te corte el rollo.
Vivir como un turista es lo que deberíamos vivir todos.
Apagar el piloto automático y estar dispuestos a reír sin parar, a pasar calamidades si fueran necesarias y a sorprendernos con lo que nos rodea.
Cuéntame, ¿qué es lo que más valoras tú de tu día a día cuando estás de vacaciones?
¿Notas como cambias cuando lo estás y cuando no? ¿Crees que podría ser un indicativo de que necesitas hacer cambios en tu vida?
Espero tu respuesta en los comentarios, mil gracias por leerme.
¡Un abrazote enorme y hasta pronto!
Eva Tejado dice
Totalmente de acuerdo. Este es el estilo de vida que cada vez más personas estamos eligiendo.
Entender que todo ocurre para algo, sentir que algo maravilloso vas a vivir ese día y dedicarte con pasión a eso que te encanta. Y como tú dices la vida se convierte en unas vacaciones perpetuas.
No necesito irme a un lugar concreto ni desconectar de nada, ya que estoy conectada conmigo misma y con mi propósito. ¡Que cuando viajo también lo disfruto eh!, pero no es una necesidad.
Gracias Lorena, Fantástico tu artículo.
Lorena Molinero Martín dice
Muchas gracias por pasar a leer y por dejarme tu comentario, desde luego, estoy contigo, cuando estamos conectadas con nosotras mismas podemos estar donde quieras, que disfrutaremos de todas formas 🙂
¡Un abrazote enorme Eva!