En una sociedad en la que las exigencias profesionales y personales van cada día in crescendo, ser fiel a una misma se torna cada vez más complicado.
Como mujeres, desde niñas se nos intenta meter en un determinado molde, que a la larga, nos aprieta y no nos permite expandir todo lo que realmente somos.
¿Pero qué somos realmente? 🤷♀️
Pues en mi opinión, somos seres infinitos, con un gran potencial y unas capacidades únicas muy poderosas, como cualquier otra persona (sea del sexo que sea).
En nuestra infancia se nos motiva a jugar con muñecas y no con balones, a ser señoritas, presumir de vestiditos y colocarnos lacitos en el pelo luciendo una larga melena.
En la adolescencia, nos motivan a ser como las modelos que vemos en revistas o las famosas de la televisión para poder ser aceptadas.
Por si ya fuera poco la revolución hormonal con la que tenemos que lidiar, también hay que subirse a unos tacones, tener una piel perfecta y cubrirla con productos tóxicos para que aparente ser de diferente textura y color de lo que es.
¿Qué significa ser mujer?
¿Quién dice lo que es ser una mujer? ¿Quién pauta que una verdadera mujer debe ir maquillada, sobre tacones de aguja y con un peinado que aguante 24 horas?
Nos han hecho creernos muchos cuentos sobre lo que significa ser mujer. Muchas pelis de disney y confusión por doquier.
Personalmente, soy de las que es capaz de verse femenina y sentirse elegante con zapatillas de vestir para mujer con un aspecto deportivo, un moño de esos que se hacen rápidamente y con la piel lavada.
Y me da rabia que a veces parece que si una mujer no lleva un traje y va súper tuneada, no va a ser tomada como profesional en el trabajo o directamente, ella misma no se siente preparada para arrasar.
O por ejemplo, si lleva ropa deportiva y decide llevar el pelo corto no se la considera femenina o se la considera automáticamente homosexual.
Poco a poco, se ve que las cosas van cambiando, pero aún hay mucho hermetismo al respecto.
Que si te quieres arreglar y eres de las coquetas que prefieren ir siempre maquilladas lo hagas. Pero lo hagas por ti, no por ser aceptada.
Ser mujer o ser femenina, si lo piensas ya eres si tienes vagina, el resto son sólo pamplinas.
Las mujeres tenemos la maravillosa capacidad de traer al mundo una nueva vida, de cuidarla con amor y entrega y de incluso, fabricar comida para poder alimentarla sin nada más que nuestro cuerpo.
Las mujeres tenemos el potencial necesario para ser de inspiración, para conseguir metas personales y profesionales y gestionar nuestro tiempo eficazmente y poder combinar ambas cosas.
Es hora de demostrar nuestra valía, de mostrarnos tal cual nos sentimos momento a momento y dejar de esperar la aceptación externa.
Sé lo que quieras ser sin miedo a nada
Y además, de forma particular, cada una tenemos una serie de habilidades que nos hacen únicas y especiales.
No será tu ropa, tu peinado, tu cuerpo o tu maquillaje quien te haga auténtica, sino tu actitud y tus comportamientos.
Desde hace tiempo me di cuenta de esta gran verdad: las apariencias engañan.
Una persona de traje puede ser alguien en quien no confiar y una persona con aspecto de vagabundo puede ser alguien en quien confiar.
Como se suele decir, el hábito no hace al monje. Al igual que los leggins no hacen al yogi.
Olvídate de gustar a otros y gústate a ti misma.
Si llevas tiempo queriendo dejar de teñirte quizá sea el momento de lucir tus canas.
Si te encanta el fútbol y deseas apuntarte a un equipo, hazlo sin miedo al qué dirán.
Atrévete a mostrarte sin tantas capas de miedos e inseguridades y comienza a vivir la vida que deseas.
Sólo así conseguirás dejar huella en los demás, serás fiel a tus valores y principios y podrás vivir en coherencia interior, sin encorsetarte dentro de un papel que no te corresponde.
Etiquetas fuera, mirando más adentro
Desde hace años trabajo por eliminar de mi toda etiqueta y me reconozco en todas y cada una de las mujeres con las que comparto.
Porque al final, no soy esto o lo otro, soy lo que soy, y lo que soy varía según qué momentos, qué entorno y qué estado interno esté atravesando.
Aceptar que nada permanece inmutable es aceptar la naturaleza cambiante de la vida.
Si hoy me siento de una forma u otra es asunto mío y no debo de rendirle cuentas a nadie.
Este mensaje, era el que te quería transmitir hoy. SOMOS MUCHO.
Mucho más que madres, mucho más que hijas, mucho más que una profesión, una relación o un pensamiento o emoción.
Sueña y sé lo que quieras ser, que para esto estás viva querida.
Quiérete mucho y quiérete fuerte: eres lo que eres y eso es perfecto.
Te leo en los comentarios, muchísimas gracias por pasarte a leerme.
Un abrazote gigantesco, ¡hasta pronto!
Cristina dice
Me encanta leerte.
Lorena Molinero Martín dice
¡Muchísimas gracias por pasarte cielo!