He descubierto uno de los grandes problemas de la sociedad de hoy en día.
El causante de ver tantísimas caras largas caminando por las calles de las ciudades, de escuchar tantas madres gritar a sus hijos cuando juegan con los charcos o de sentir ese ambiente tan inhóspito que se mastica en los lugares públicos.
La gran parte de los adultos están perdiendo su capacidad de asombro y eso me preocupa.
El ritmo frenético de la sociedad actual no nos permite a veces ser conscientes del maravilloso mundo que nos rodea.
En su mayoría, los estímulos que recibimos están vacíos de ilusión, de creatividad o fantasía.
Fíjate tú qué creo que nuestros mayores estímulos vienen por parte de la televisión, del sonido de un claxón cuando vamos con prisa cruzando de un lado a otro la ciudad o de esa carta del banco que nos llega cuando menos la esperamos.
Particularmente, pienso que hay que acabar con todo esto y de cuando en cuando, apagar las pantallas estridentes que acallan nuestras preguntas.
Debemos promover la inquietud, la curiosidad, el juego y la fascinación.
Aunque las cosas no vayan como quieres, nunca dejes de asombrarte
Hará un año conocí a una mujer que tomando un café me dijo: “se ve que tienes una gran facilidad de sorprenderte y fascinarte con todo, no lo cambies nunca”.
Hoy entiendo mucho mejor por qué me lo decía.
Es cierto, no era consciente pero disfruto muchísimo con los pequeños detalles en los que nadie se fija.
Una bandada de pájaros, la sonrisa de una anciana, la coordinación de dos relojes distintos con su tic tac, la música de la lluvia en los tejados o simplemente, un trayecto en coche a través de campos manchegos.
Me encanta todo eso y más, lo valoro muchísimo y saboreo al máximo esos momentos, sea el día que sea, tenga los problemas que tenga.
Aquí te dejo un audio que te ayudará a poner alerta tus sentidos.
Me alimentan no sabes como y realmente, los necesito. Me desbloquean.
Recrea tus sentidos con pequeñas cosas y te darás cuenta de que es cierto.
Pon atención a los detalles que suelen pasar desapercibidos para ti normalmente, observa y escucha lo que sucede a tu alrededor y te sorprenderás.
Vive asombrosamente
Y si aún crees que todo es demasiado cotidiano y que no podrías asombrarte con nada en tu día a día, te propongo un reto para demostrarte cuan equivocado estás.
Te propongo:
- Busca una bonita historia en la mirada de algún desconocido.
- Párate a buscar una pequeña vida en el suelo que pisas, recrea el momento desde su perspectiva.
- Observa durante unos minutos como se mueven los árboles, como se balancean sus ramas con el viento y escúchalo atentamente.
Espero que cumplas el reto siempre que puedas y te predispongas a asombrarte mas con la vida.
¡Ah! Y hazme un favor, ¿vale?… ¡Nunca dejes de asombrarte!
Un abrazote enorme, de esos que te hacen cerrar los ojitos y sentirte muy, pero que muy especial.
Hasta pronto 🙂
Deja una respuesta