Desde siempre he creído que no somos un cuerpo. Tampoco una mente. Somos mucho más que eso.
Quién me conoce de hace mucho tiempo lo sabe, para mi, el universo siempre fue y será mi ídolo.
Esa fuerza mágica que hace que una semilla se convierta en flores o que un bebé se transforme de una célula a una personita en miniatura.
Admiro realmente la existencia y confío plenamente en ella, en el maravilloso plan perfecto que el universo tiene para mi, para nosotros.
Pero de un tiempo a ahora, se ha ido cada vez encendiendo más en mi la llama. La llama que me llama a estudiar las energías, a escuchar mi Diosa interior, a vivir más presente que nunca.
En parte, en este post quiero agradecer su aparición en mi vida a Nerea Panera, amiga y compañera de aventuras desde que decidió unirse a mi propuesta de crear un encuentro para mujeres (Mujer Viva).
Gracias a ella, me he animado a darle un mejor lugar en mi vida a lo que siempre estuvo ahí.
Y entonces, llegó el Reiki
Hace tiempo, mucho tiempo, cuando tenía una tienda física junto mis hermanos Sonia y Rubén, mi hermana una mañana que yo no pude ir a trabajar me fotocopió un libro de una clienta. Gracias Soni 😉
Era el Manual de Nivel 1 de Reiki de la Federación Española de Reiki.
Por aquél entonces no tenía mucho contacto con esta disciplina, más que una amiga llamada Marta que había empezado a adentrarse en este maravilloso mundillo y mi creencia natural en que todo, absolutamente todo, es energía.
Total, que jamás leí ese manual impreso, pero lo quise conservar años y años. Guardado en una caja cogiendo polvo estaba cuando una mañana repleta de señales volvió a mi.
Sobrevivió a varias limpiezas generales y 3 mudanzas ni más ni menos. No sabía por qué, pero lo guardaba. Hoy lo sé, tenía que leerlo.
Y así ha sido, lo he devorado con muchas ganas y he empezado a poner lo aprendido en práctica.
Por si acaso no supieras de qué se trata esto del Reiki te comentaré que es una terapia energética que tiene por objetivo la sanación y el equilibrio de la energía vital
“Rei” significa energía universal y “ki”, energía vital.
De esta forma el practicante de reiki sirve de canal entre la energía del universo y la energía de la persona que se pone en sus manos.
Ayuda a nivel físico, con la mejoría de ciertos dolores o enfermedades, a nivel mental, para ayudar en el cambio de hábitos, estrés, ansiedad, depresión, a nivel emocional cuando se tienen emociones no gestionadas, y por supuesto, a nivel espiritual, para hacer llegar la paz y la armonía a la persona.
Hay que decir que Reiki no suplanta ninguna terapia médica tradicional, sino que más bien, la complementa. Siendo incluso un método recomendado por la OMS (Organización Mundial de la Salud).
¿Y sobre qué trabaja exactamente el Reikista? Pues sobre los tan famosos Chakras. Esos de los que casi todo el mundo ha oído hablar, pero que generalmente, desconocen su ciencia.
El practicante es el canal a través del cual, el universo transmite su energía a quien recibe la terapia. Todos podemos canalizar la energía del universo, pero no todos estamos dispuestos a hacerlo claro.
Cuando un Chakra está bloqueado afecta al equilibrio general de la persona repercutiendo en su salud física, mental, emocional y espiritual.
Y entonces, volviendo a donde estaba, te quería contar que inicio mi aventura en esta técnica con muchísima ilusión y además, estando más receptiva que nunca a escuchar mi sabiduría interior, mi amada intuición.
Por eso, te aviso también de que quizás encuentres nuevos contenidos en torno a este nuevo camino que estoy andando en éste blog, en mi canal de Youtube y mis redes sociales.
Es lo que vivo ahora y es lo que voy a transmitirte siempre, transparente y cristalina, no quiero mostrar cosas que no forman parte de mi vida.
Además, cristales y piedras
Añadido a eso, se reaviva mi curiosidad y fascinación por las piedras y cristales.
Ya desde niña, coleccionaba minerales junto a mi padre. Corríamos el fin de semana al kiosco para hacernos con el número siguiente de la colección donde los regalaban. Me chiflaba la Pirita.
Hace 7 años, me volví a encontrar con el deseo de tener alguna y busqué una turquesa. Desde entonces, no me hice con ninguna otra.
Pero ahora… ¡Ay amiga! Otra vez me han llamado.
Vuelvo a atender sus señales y ésta vez, las utilizo en mis meditaciones como herramientas de conexión energética.
Poco a poco adentrándome en su fascinante mundo y feliz de estar haciéndolo.
Siempre he creído que tienen una misión importante en la vida y he sido un poco freak en lo que a esto se refiere.
Las antiguas civilizaciones ya sabían de su poder y aparecen constantemente en nuestra historia, ¿por qué creer que están aquí sin ningún propósito?
En fin, cuéntame tú qué opinas de todo esto en los comentarios y compartamos puntos de vista, ¿quieres?.
¡Espero que te guste acompañarme en mi nuevo viaje y disfrutes tanto como yo lo estoy haciendo en este aprendizaje!
Un abrazote enorme y hasta pronto.
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