Lo has pasado mal. Has sobrevivido a situaciones realmente duras. Encontraste dificultades, pero también la forma de salir airosa de ellas.
Lo sé cielo, me siento reflejada en ti.
Me costó mucho tirar adelante, pero lo conseguí y hoy por hoy vivo mi vida presente, feliz y agradecida, pero sobre todo, emocionada por todo lo que está por venir.
¿Y cómo recuperé esa ilusión? Te estarás preguntando.
Bueno, pues para compartirlo, he escrito este artículo y espero de corazón que mi experiencia te sea de ayuda, te inspire y te de un chute de energía positiva para salir del pozo.
No fue sencillo ni tampoco sucedió de la noche a la mañana, pero durante este proceso fui implementando las cosas que te voy a compartir hoy a ti y que adquirí gracias a muchas lecturas de libros maravillosos, de formación en crecimiento personal, mindfulness y mucha práctica meditativa.
Colocar el pasado en su sitio es una labor intensa y profunda que requerirá de tu intención y de tu voluntad, pero que por supuesto puedes lograr. Empecemos por el principio:
Olvidar el pasado y volver a empezar
¿Se trata de olvidarlo realmente? Uhm… No. Se trata más bien de no estar continuamente recreándonos en él. Nuestra historia, es importante, pero no nos define. No dice quiénes somos.
Tú no eres tu ex pareja. No eres aquellos errores que cometiste. Tampoco tu infancia dolorosa o ese familiar fallecido. Eres lo que eres en cada momento que existes, y sólo puede existir un momento a cada rato: este preciso momento.
Vivir el presente suena bastante idílico y es lo que muchos anhelamos, pero nuestra mente está programada para pensar y adora recrearse en situaciones pasadas o ensoñar situaciones futuras. La imaginación y la memoria, son dos cualidades que tiene nuestro cerebro, muy útiles, pero que debemos saber dominar para sólo utilizarlas cuando nos convenga.
Así que vayamos sin más a ver las claves que me ayudaron a dejar el pasado atrás:
- Quítale lo único por lo que continúa en tu día a día: tu atención. Si algo he aprendido es que un recuerdo sigue vivo es porque se le recuerda. Si no está en tu mente no existe y estoy completamente segura de que si te entrenas para poner tu atención a otras cosas conseguir dejar el pasado atrás. No se trata de distraerte, sino de tratar conscientemente, de redirigir tu atención cuando la nostalgia o el sufrimiento aparezca en tu mente. Identifica qué está ocurriendo en tus pensamientos y decide a voluntad llevar tu atención a otra cosa más beneficiosa.
- No puedes hacer otra cosa distinta que seguir adelante. Aunque tu mente siga atrás, tu cuerpo, está viviendo el presente. Tus emociones, surgen en el presente y tus pensamientos también se ejecutan ahora. Aunque sean pensamientos y emociones recurrentes, realmente, estás siguiendo adelante. La vida continúa sea lo que sea lo que te haya ocurrido y tienes dos opciones: creer que no sigue adelante y dejar correr el tiempo sin vivirlo o decidir aprovechar cada minuto de tu vida para hacerla tal y como deseas. ¿Qué prefieres?
- Prácticas diarias de meditación y mindfulness. Nada mejor para volver aquí y ahora que concentrarte en el momento presente. Un ritual de meditación cada día o prácticas sencillas para experimentar en momentos cotidianos te pueden ser de gran ayuda. Puedes leer algunas que recomiendo pinchando aquí en este artículo.
¿Se puede cambiar el pasado?
Sintiéndolo mucho, no. Pero tengo una gran noticia: Puedes cambiar la forma en la que lo percibes.
En mi caso personal, pasé de verlo como algo terrible, a verlo como algo empoderador. Cambié mi perspectiva derrotista por una de aprendizaje y créeme, me fue mucho mejor desde entonces.
En mi libro “Despierta tu Diosa Interior” cuento mi historia al detalle y desarrollo punto por punto aquellos aspectos que cambié de mi misma para hacerme estar donde estoy ahora: feliz en pareja, en paz con mi pasado y con muchísimos planes de futuro.
La vida es un 10% lo que te ocurre y un 90% cómo respondes a ello” (Lou Holtz)
Rituales diarios para olvidar el pasado
Despertar consciente: Una práctica de yoga, de meditación, de ejercicio físico o cualquier otro tipo de actividad que te conecte al momento presente. Para muchas es bailar, para otras es leer, para otras será dar un paseo… ¡Despiértate un ratito antes y hazlo!
Agenda y organización: Lleva cierto planning de las cosas que harás en el día, organízate y si puedes, hazlo en un cuaderno o una agenda que te guste. El tan sólo hecho de mirarlo día a día te hará poner el foco en las cosas que tienes que hacer a corto plazo, te concentrarás en el presente y te darán ganas de llenarla de tareas y cosas para hacer.
Tiempo de calidad para ti: ¿Qué te gusta hacer? ¿Cuáles son tus hobbies? Márcate una rutina para cuidar de ti, para pasar tiempo haciendo lo que te gusta sin pensar en absolutamente nada. Apúntate a unas clases, socializa o haz lo que tú prefieras sin poner excusas. ¿Acaso hay algo más importante que tu bienestar?
Agradecimiento nocturno: Antes de acostarte, haz repaso mental o por escrito de aquellas cosas buenas que te han sucedido y con las que cuentas en tu día a día. Pueden ser cosas aparentemente pequeñas, no pasa nada, cada vez irás encontrando que esas pequeñas cosas pasan a ser más y más relevantes y recobrarán mayor valor en tu vida. Una sonrisa, una brisa cálida, una palabra de aliento, una llamada telefónica, una ducha relajante, una buena lectura…
Espero que este artículo te haya sido de ayuda, si es así, házmelo saber dejándome tu comentario por aquí abajo. Cuéntame tus progresos y conecta conmigo a través de las redes sociales, me encontrarás por mi nombre en Instagram, Facebook, Youtube y Twitter.
Muchísimas gracias por leerme y hasta pronto preciosa.
elena dice
Pues si Lorena.
Creo que todo es empezar a comer hábitos y prestarles atención.
Nadie dijo que fuera fácil y no conseguirlo es porque no sea puesto atención y dedicación.
A por ello
Lorena Molinero Martín dice
¡Esa es la actitud! Tomar responsabilidad es una parte crucial para conseguirlo y sobre todo, tener voluntad e intentar hasta conseguirlo.
Un abrazote enorme y gracias por pasarte a leerme 🙂