La vida tiene esa manía preciosa de ponernos delante cambios que, aunque los deseamos, a veces nos sacuden hasta los cimientos. Cambios de casa, de trabajo, de pareja, de proyectos… o todo junto (que a veces parece que el universo se emociona y te lo manda en pack).
En los últimos meses, yo también he vivido de todo un poco: transiciones en mi negocio, aprendizajes que me hicieron soltar el control, la ilusión de abrir nuevas etapas en mi vida personal, y esa mezcla de emoción + vértigo que aparece cuando lo que soñabas empieza a hacerse real.
Y aquí está la clave: ¿cómo mantenerse en equilibrio cuando la vida se mueve como una montaña rusa?
No te voy a dar fórmulas mágicas (ya sabes que no creo en eso), pero sí te comparto lo que a mí me sostuvo y me sigue sosteniendo:
✨ Enraizarme en lo pequeño. Cuando todo afuera cambia, la taza de cacao, el paseo, mi práctica de yoga o mi meditación, el abrazo de mi hija o acariciar a mis gatos (Cous Cous y Coco) se convierten en anclas que me devuelven al presente.
✨ Aceptar el caos como parte del orden. En vez de luchar contra el desorden del cambio, aprendí a mirarlo como parte de la transformación. Como cuando limpias un armario: primero parece un desastre, pero luego todo encuentra su lugar.
✨ Escuchar lo que me pide mi cuerpo y mi energía. A veces es descansar más, otras moverme y darlo todo en el gimnasio, otras escribir. El equilibrio no es estático, es dinámico: va cambiando contigo.
✨ Confiar en que la vida sabe más que yo. Este es el punto más desafiante, porque la mente quiere controlar. Pero cuando sueltas un poco y respiras, todo fluye mejor de lo que habías planeado.
Si ahora mismo estás en medio de un gran cambio, quiero recordarte algo: no necesitas tener todas las respuestas, solo necesitas estar presente en el paso que das hoy.
El equilibrio no se trata de estar siempre centrado, sino de volver a ti cada vez que te mueves hacia un lado.
Los cambios no vienen para desestabilizarnos, vienen para expandirnos. Y ahí, en medio de todo, tú sigues siendo tu mejor refugio.
Y ahora cuéntame en los comentarios: ¿qué haces tú para mantener el equilibrio cuando tu vida se mueve demasiado rápido? Me encantará leerte y que podamos compartir herramientas que transforman. Y ya sabes que si necesitas una guía, puedes contar con la mía. Escríbeme y hablamos de cómo puedo ayudarte.
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